Artículo redactado por Francisco de Asís Ramos García

Hay una razón por la que Batman es un superhéroe muy querido, aunque a veces no somos conscientes de ella. Y es que Bruce Wayne es un ejemplo perfecto de la psicología freudiana y sobre todo jungiana. Deja que me explique.

Si tuviera que resumirlo en una línea diría que, a pesar de ser un personaje de ficción, es el héroe más auténtico en el ámbito de los cómics. ¿Por qué? Claramente no se trata del batmóvil, ni la baticueva, ni la mayoría de nosotros tenemos un Alfred en casa que nos hackee, limpie, planche y cocine. Bruce Wayne tiene lo mismo que todos nosotros llevamos dentro; un corazón traumado. Y quien diga que no tiene traumas miente. 

Volviendo a Gotham: Bruce era un niño que presenció la muerte de sus padres. Sin embargo su miedo son los murciélagos. ¿O tal vez le da miedo saber que ya no tendrá un padre que le salve de estos? El murciélago es un símbolo. Representa ese momento en la vida de cada persona en el que debe aceptar que su salvación no depende de nadie más que de sí mismos. El proceso por el cual las generaciones van retrasando su madurez más y más es conocido como síndrome de Peter Pan y, en esta analogía, los murciélagos serían el equivalente a las hadas. Por eso Peter Pan se horrorizaba cuando oía a alguien decir que las hadas no existen. Le recordaba que debía enfrentarse al reto que es vivir. Pero Bruce Wayne, por contra, abraza a los murciélagos. Es lo que se conoce como integrar la sombra.

En otras palabras, aquello que convirtió a Bruce en Batman es perseverar en ese camino que comienza por abrazar lo que nos dañó y nos asusta. Lo que nos atormenta.

Desde que nacemos, todo lo que hacemos es una acción que, potencialmente, puede matarnos. La vida es frágil, pero a la vez despiadada. Vivir, sin más, es algo que puede hacer cualquiera. No tiene demasiado mérito. Pero encontrar un sentido, lucharlo, respirarlo e incluso exhalarlo, si fuera necesario, en un último suspiro metafórico o no… Es sólo apto para valientes. Para aquellos que de alguna manera son o somos Batman. Para locos atrevidos. ¿Vale la pena el sacrificio? Gotham (es decir, ese mundo que convertimos en un lugar mejor con nuestro sacrificio) bien sabe que sí.